Atlántico Sur, una disputa geopolítica y el futuro de la Argentina
En las últimas décadas, el Atlántico Sur ha adquirido una relevancia geopolítica cada vez mayor, impulsada por su abundancia de recursos naturales, su biodiversidad y, especialmente, su proyección hacia la Antártida. Frente al avance de China en la región, Argentina empieza a perfilarse como un socio estratégico para Washington. La cuestión central es qué implicancias tendrá este escenario para el país.
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El Atlántico Sur ha sido un área de gran importancia histórica. Esto se debe a su posicionamiento estratégico, el cual facilita el acceso tanto a recursos marítimos extremadamente valiosos como a muchas de las principales rutas comerciales de la región. En las últimas décadas, en el marco de la transición energética y la escasez de recursos naturales, su relevancia ha aumentado notoriamente. El descubrimiento de yacimientos petrolíferos y minerales, la rica biodiversidad marina y su papel en la proyección hacia la Antártida constituyen factores determinantes en este proceso de transición, en el que el Atlántico Sur adquiere una centralidad creciente en el escenario global.
De este modo, el Atlántico Sur se ha convertido en una arena de disputa entre las principales potencias en búsqueda de predominio global. Entre ellas se encuentra Estados Unidos, que ha manifestado un creciente interés en la región frente a la expansión de la influencia china. En este contexto, debido a su cercanía geográfica y su renovada disposición a alinearse estrechamente con Occidente, Argentina emerge como un aliado estratégico.
El rol de China en la región
En las últimas décadas, China ha desarrollado un interés estratégico en el Atlántico Sur, motivado principalmente por el acceso a recursos naturales y la proyección hacia la Antártida. En este marco, el gigante asiático ha destinado considerables recursos a la construcción de instalaciones en el continente blanco (actualmente cuenta con cinco) e incluso ha firmado un acuerdo de cooperación en materia antártica con la Argentina.
Estas acciones se inscriben en una estrategia más amplia de proyección de influencia en países en desarrollo, impulsada a través de su Iniciativa de la Franja y la Ruta. América Latina se encuentra incluida en la extensión geográfica del proyecto. Esto ha derivado en inversiones chinas en infraestructura, especialmente en el ámbito portuario, así como en telecomunicaciones y en el sector energético.
Intereses de Argentina en el Atlántico Sur
Para Argentina, el Atlántico Sur es una región fundamental para la defensa de sus intereses nacionales. Implica cuestiones de soberanía, desarrollo económico y seguridad. La plataforma continental argentina, que duplica en extensión su territorio continental, alberga recursos hidrocarburíferos y pesqueros de gran valor. Su exploración y explotación representan una oportunidad para el desarrollo energético y económico del país.
Sin embargo, la presencia de fuerzas externas ha aumentado, atentando contra la soberanía argentina. La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, llevada a cabo en gran parte por flotas pesqueras de origen chino, y la presencia militar británica en las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, constituyen las principales amenazas. Argentina, en respuesta, procura reforzar su capacidad de control y vigilancia de sus vastas extensiones marítimas, con el objetivo de resguardar su soberanía y garantizar la seguridad nacional.
Intereses de Estados Unidos en el Atlántico Sur
En el caso estadounidense, sus intereses en el Atlántico sur se ven principalmente determinados por la creciente presencia china. La batalla por el predominio en la región se ve enmarcada dentro de una disputa mayor entre ambas potencias por la hegemonía mundial. Ante este escenario, Estados Unidos ha buscado incrementar su participación en el Atlántico Sur, ya sea individualmente o a través de la OTAN.
Particularmente, la fuerte presencia de Gran Bretaña en el área, uno de sus principales aliados, supone una ventaja estratégica para contrarrestar la influencia china. El alineamiento de Argentina con Occidente refuerza esta posición, facilitando la cooperación en defensa y seguridad marítima.
¿Una relación de cooperación?
Frente al giro político durante la presidencia de Javier Milei orientado hacia Occidente, Estados Unidos encuentra en la Argentina un aliado estratégico. Su ubicación geoestratégica y su gran plataforma continental, la convierte en un protagonista en el Atlántico Sur. Por ello, una relación amistosa y cercana con Argentina implicaría para Estados Unidos una ventaja comparativa por sobre China.
En el caso argentino, mantener afinidad con Occidente le resulta beneficioso sobre todo en materia de seguridad y defensa. Esta cercanía se traduce en la transferencia de tecnología y equipamiento militar, ejercicios conjuntos y apoyo financiero. Asimismo, una sólida relación con Washington puede ofrecer respaldo para futuras negociaciones bilaterales con el Reino Unido, fundamentalmente en torno a la cuestión de las Islas Malvinas.