El ajedrez comercial argentino en la rivalidad entre China y EEUU
Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, la pugna global entre Pekín y Washington se ha convertido en un eje central de la agenda latinoamericana. Argentina no ha permanecido al margen: mientras avanza en acuerdos económicos con China, sostiene a la vez instancias de diálogo y comercio recíproco con Estados Unidos. Ese contraste ilustra la dualidad política-económica que atraviesa Argentina, un país con crisis internas que busca inversiones extranjeras y mercados de exportación.
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Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, la pugna global entre Pekín y Washington se ha convertido en un eje central de la agenda latinoamericana. Argentina no ha permanecido al margen: mientras avanza en acuerdos económicos con China, sostiene a la vez instancias de diálogo y comercio recíproco con Estados Unidos. Ese contraste ilustra la dualidad política-económica que atraviesa Argentina, un país con crisis internas que busca inversiones extranjeras y mercados de exportación.
Socios comerciales clave
Argentina mantiene importantes lazos comerciales tanto con China como con EEUU. El país oriental es el segundo socio comercial del país, con un intercambio bilateral que alcanzó US$16.350 millones en 2024. Por su parte, Estados Unidos es el tercero en la lista, con alrededor de US$12.000 millones anuales. Adicionalmente, es el principal protagonista en términos de inversión extranjera directa (IED) en Argentina.
Vinculación con China
Tanto en términos políticos como económicos, China y Argentina mantienen una relación estratégica. En 2022 Argentina se adhirió a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), enfocada en financiar grandes obras de infraestructura y energía. En este marco, China ha financiado carreteras, centrales hidroeléctricas y puertos en la región, en donde Argentina también se vio beneficiada. Un ejemplo de esto es la construcción de una estación espacial en Neuquén en colaboración con la administración china. De esta manera, China es hoy un socio imprescindible para la economía argentina, especialmente en sectores como energía, minería y agro-negocios.
En el ámbito económico, China es el principal comprador de commodities argentinos, sobre todo en términos de carne y oleaginosas. En 2025, como consecuencia de la guerra comercial, las compras chinas de soja se reorientaron: Argentina exportó cuatro veces más que en julio de 2024, en gran parte con destino al país asiático.
En el sector minero, China fue el principal exportador en 2024, concentrando el 44,9% del total exportado, duplicando la actividad estadounidense que fue del 22,8%. Las provincias del noroeste argentino (NOA) fueron el foco de las exportaciones, principalmente las provincias de Catamarca, Jujuy y Salta, donde significaron el 75,9% de las ventas al exterior. En este sector, el litio continúa liderando las exportaciones mineras del NOA, representando el 45,8% de los envíos al exterior.
Además, China ha ofrecido apoyo financiero decisivo. En abril de 2025 el Banco Central argentino renovó un swap de divisas de US$5.000 M con China, que el gobierno argentino utiliza para estabilizar reservas. Este hecho se dio justo antes de la visita del secretario del Tesoro de EEUU, Scott Bessent, a Buenos Aires. Respecto a esto, el gobierno chino destacó que este apoyo es libre de condiciones políticas, contrastando con la asistencia occidental.
Vinculación con Estados Unidos
La relación comercial Argentina-EEUU es menor, pero relevante. EEUU sigue siendo un mercado clave para la energía y los alimentos de Argentina. El 36 % de las exportaciones argentinas hacia dicho país corresponden a petróleo crudo y gas, impulsadas por Vaca Muerta. En inversión y servicios, la provisión de tecnología y capital es crucial, ubicándose en 2024 como el mayor proveedor global de IED con un stock de USD 28.875 millones. Además, las empresas norteamericanas están hoy presentes en sectores clave argentinos, como el automotriz, energético y tecnológico.
Políticamente, el vínculo argentino con EEUU cobró fuerza bajo el gobierno de Milei. Durante este periodo, el gobierno argentino ha cuestionado la rigidez del Mercosur promoviendo un Acuerdo de Libre Comercio (ALC) con EEUU, al punto de sugerir que Argentina podría salir del bloque si es necesario para negociar de forma bilateral. Milei considera que un pacto con EEUU “reforzaría la posición internacional de Argentina en medio de condiciones económicas desafiantes”. De hecho, su administración impulsa reformas de libre mercado con el objetivo de atraer inversores estadounidenses y mejorar el acceso argentino al gran mercado norteamericano.
No sorprende que figuras como Donald Trump hayan expresado apoyo a las reformas de Milei y que el propio Milei haya estrechado relaciones con líderes republicanos. Sin embargo, negociar un ALC con EEUU es un proceso largo y la urgencia de las próximas elecciones argentinas hace poco probable cerrarlo en el corto plazo.
Rivalidad China-EEUU en Argentina
América Latina es a menudo descrita como el “patio trasero” de Estados Unidos, y desde Washington existe un recelo causado por la creciente influencia china. El país asiático, por su parte, ve en la región un socio natural para abastecerse de alimentos y materias primas, reclamando su presencia como “sin condicionamientos políticos”.
En Argentina esta competencia se ha manifestado en múltiples frentes. Por ejemplo, en abril de 2025 el secretario del Tesoro Bessent acusó a China de firmar “acuerdos abusivos etiquetados como ayuda” y mostró preocupación por inversiones chinas en infraestructura, lo que provocó una réplica inmediata de la Embajada china defendiendo su política de apoyo sin restricciones.
En términos económicos, analistas como Gabriel Merino señalan que EEUU exige a sus socios latinoamericanos frenar las inversiones chinas mientras “da poco a cambio”. China, en contraste, está apostando por una “paciencia estratégica”: pese a los obstáculos y advertencias norteamericanas, continuará expandiendo su comercio y financiando proyectos en Latinoamérica al entender que la cooperación regional es fundamental para sus objetivos.
Implicancias políticas y económicas
En la práctica, Argentina equilibra esta disputa a su favor sin arriesgar las relaciones con China y EEUU. Por un lado, busca maximizar beneficios económicos de ambos países: asegura financiamiento chino y demanda por sus exportaciones, al mismo tiempo que muestra voluntad política de profundizar el diálogo con EEUU.
Por ejemplo, la compra de 24 cazas F-16 a Dinamarca en 2024 demostró a Estados Unidos que su acercamiento comercial a China no implica dejar atrás a sus socios tradicionales al optar por aeronaves de fabricación occidental. Tras la compra, y por orden del Gobierno Argentino, el ministro de defensa Luis Petri viajó a una reunión con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La transacción fue avalada por Washington, y presentada como contrapeso estratégico a los lazos con China.
Milei y su equipo insisten en que el comercio es “con todo el mundo”, pero siempre con ‘democracias liberales’, aludiendo a alinearse más con Occidente. En contraste, diplomáticos chinos remarcan la idea de “igualdad y beneficio mutuo” en su asociación con Argentina.
¿Y ahora?
Argentina se encuentra en una encrucijada geopolítica: necesitará navegar con pragmatismo entre dos grandes potencias. La rivalidad China-EEUU ofrece oportunidades e impone presiones . Así, Buenos Aires busca “cubrir la apuesta” simultáneamente con ambos lados de la grieta global, tratando de aprovechar recursos y mercados sin ceder excesivamente soberanía ni depender solo de uno de ellos.