El impacto de la militarización del Mar de la China Meridional en la seguridad y economía global

La militarización del Mar de la China Meridional redefine el equilibrio geopolítico, afectando rutas comerciales clave y aumentando tensiones regionales. Este fenómeno no solo amenaza la estabilidad en Asia-Pacífico, sino que también tiene profundas implicaciones para la seguridad global y la economía mundial.

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Agustina Gaona

12/26/20243 min read

El Mar del Sur de China, una de las rutas más transitadas del mundo, sigue siendo una de las regiones más disputadas y de mayor tensión geopolítica debido a su creciente militarización y a la convergencia de reclamaciones expansivas de China sobre gran parte de la región que se superponen a las zonas económicas exclusivas (ZEE) de varios países del sudeste asiático, incluidos Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunéi. En este contexto, el presente artículo se propondrá analizar los riesgos significativos que implican las mencionadas disputas para la seguridad y economía global, especialmente en lo que respecta a las cadenas de suministro.

Contexto geopolítico y militarización

El Mar de China Meridional es una de las vías marítimas más transitadas del mundo con una enorme importancia económica y geoestratégica, con un tercio del comercio global pasando por esta región transportando más de 3 billones de dólares en comercio cada año. Además, contiene importantes reservas de petróleo y gas natural, así como también caladeros pesqueros cruciales para la seguridad alimentaria del Sudeste Asiatico. La región es objeto de reivindicaciones de soberanía en competencia entre China y varios países del Sudeste Asiatico. China ha reivindicado casi el 90% del mar mediante la “Línea de Nueve Puntos” y ha construido desde aproximadamente el 2014 al menos siete islas artificiales edificando bases militares, incluidas pistas de aterrizaje y sistemas de defensa aérea para fortalecer su poder militar en la región.

Impacto en la seguridad global

La llamada “Línea de los Nueve Puntos” se extiende hacia el sur acercándose a las costas de varios países del sudeste asiatico, lo que ha generado múltiples disputas. Vietnam continúa siendo uno de los principales oponentes de China en el conflicto territorial en el Mar de la China Meridional, con reclamaciones sobre varias islas.

Por otro lado, Filipinas, en 2013 presentó una demanda ante la Corte Permanente de Arbitraje en La Haya desafiando los reclamos de China sobre la región. En 2016 el tribunal falló a favor de Filipinas declarando que la “Línea de los Nueve Puntos” de China no tenía bases legales. Sin embargo, China rechazó el fallo y continuó con sus actividades en el área, acción que no solo aumentó las tensiones con Filipinas, sino también con Estados Unidos que en su papel de garante de la “libertad de navegación”, ha llevado a cabo varias misiones en la zona, en las que buques de guerra de la Marina estadounidense han transitado cerca de las islas artificiales controladas por China, incrementando las tensiones entre ambas potencias.

Este aumento de las actividades militares eleva el riesgo de incidentes que podrían escalar a conflictos abiertos. Además, la administración de Estados Unidos ha dejado claro que continuará apoyando a sus aliados en la región, como Filipinas y Vietnam, lo que agrava aún más la situación.

Riesgo para las cadenas de suministro global

Controlar estas aguas no solo proporcionaria acceso a recursos energéticos, sino que también le otorgaría a la nación que lo controle una influencia considerable sobre el comercio global. Es por ello que la disputa territorial en Asia en torno al Mar de China Meridional va más allá de los simples reclamos históricos, sino que se trata de poder económico y geopolítico.

La región es crucial para las cadenas de suministro global, especialmente para el transporte de productos manufacturados, materias primas y energía. El 60% del comercio marítimo mundial pasa por estas aguas, es decir el 22% del total sea cual sea su forma de transporte, incluidas las exportaciones de petróleo crudo, propano, automóviles y graneles secos. Por ende, si las hostilidades aumentaran se podría dar una interrupción significativa en estas rutas lo que afectaría los flujos comerciales globales y tendría graves repercusiones en los costos de envío y retrasos en los puertos claves de Asia.

Conclusión

Si bien la intervención militar en el Mar de China es una realidad que preocupa a muchos, ya que un conflicto armado en estas aguas podría tener repercusiones globales, afectando no solo la estabilidad regional, sino también la economía mundial, incluida la de China que depende en gran medida del comercio marítimo, la estabilidad regional sigue siendo una prioridad para las naciones del Sudeste Asiatico que generalmente favorecen las soluciones diplomáticas para evitar los riesgos asociados con un conflicto prolongado que involucre a grandes potencias como Estados Unidos y sus aliados.