Integración o liberalización: dilemas del Mercosur en la era Milei

El Mercosur fue creado en 1991 a través del Tratado de Asunción. Este proyecto se imaginó como una plataforma para integrar las economías de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, expandiendo su comercio intrarregional. Sin embargo, en la actualidad el bloque atraviesa tensiones internas que cuestionan su capacidad de adaptación a un mundo de crecientes desafíos económicos y geopolíticos. En este contexto, la postura de Argentina bajo la presidencia de Javier Milei abre un debate clave: ¿es el Mercosur un activo estratégico o un límite que dificulta la apertura económica?

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Aixa Zuccon

11/5/20253 min read

El Mercosur fue creado en 1991 a través del Tratado de Asunción. Este proyecto se imaginó como una plataforma para integrar las economías de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, expandiendo su comercio intrarregional. Sin embargo, en la actualidad el bloque atraviesa tensiones internas que cuestionan su capacidad de adaptación a un mundo de crecientes desafíos económicos y geopolíticos. En este contexto, la postura de Argentina bajo la presidencia de Javier Milei abre un debate clave: ¿es el Mercosur un activo estratégico o un límite que dificulta la apertura económica?

La visión de Milei y el desafío de la apertura

Desde su asunción en 2023, el Presidente Javier Milei ha adoptado una postura crítica hacia el Mercosur. Desde su campaña electoral, lo calificó como una “prisión” que impediría aprovechar las ventajas comparativas de los países miembros. En su discurso de apertura de sesiones reiteró que un acuerdo comercial con EE.UU. podría requerir “flexibilizar o salir del Mercosur”.

Según Milei, la normativa actual del bloque restringe a Argentina; por ejemplo, en febrero del corriente año afirmó que, “si no estuviéramos restringidos por el Mercosur” ya estaría negociando un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Washington. Esta agenda empuja por una apertura comercial, poniendo en duda el alineamiento automático con las decisiones del bloque regional.

Negociaciones con Estados Unidos en el marco regional

El gobierno de Milei ha impulsado contactos con la administración de Donald Trump con miras a un acuerdo bilateral. En abril de 2025, tras lograr una flexibilidad de los aranceles del Mercosur, la Argentina aceleró las negociaciones de un acuerdo de comercio e inversiones (TIFA, por sus siglas en inglés) con EEUU. Sin embargo, funcionarios estadounidenses, tal como el enviado especial del Departamento de Estado Mauricio Claver-Carone, han señalado que hoy no buscan un TLC tradicional, sino acuerdos justos y equitativos, privilegiando la seguridad jurídica de la inversión extranjera. Es decir, Washington no prioriza una apertura inmediata de los mercados, sino brindar protección a sus inversores.

Por su parte, Milei enfatiza que EE.UU. debe reconsiderar las medidas proteccionistas y enfatizó en la apertura de sesiones la importancia alinearse con las exigencias de la administración Trump. Además, la Argentina ha coordinado con sus socios del Mercosur medidas complementarias: aprovechando la presidencia temporal que ejerció en 2024, el gobierno negoció con Brasil, Uruguay y Paraguay la ampliación de excepciones arancelarias, logrando un acuerdo que permite que cada socio aumente hasta 50 los rubros exentos del Arancel Externo Común (AEC). Este acuerdo muestra que, aunque Milei es crítico del Mercosur, el país utiliza el bloque para modificar reglas internas que faciliten su estrategia comercial con Estados Unidos.

Ventajas y desafíos de la integración regional

El debate actual enfrenta el modelo de integración del Mercosur con la visión aperturista de Milei. En favor del bloque, se destaca que el Mercosur facilita la circulación de bienes y servicios entre los socios, lo que ha permitido a las empresas locales acceder a un mercado ampliado de 300 millones de consumidores . También se avanzó en acuerdos plurilaterales: por ejemplo, en 2023 Mercosur firmó un tratado de libre comercio con Singapur (MCSFTA), el primer acuerdo del bloque con un país del sudeste asiático. Estos logros resaltan las capacidades del bloque para ampliar mercados.

Sin embargo, el Mercosur enfrenta dificultades que Milei denuncia. Su normativa interna exige consenso unánime de todos los socios para pactar acuerdos comerciales con terceros, lo que en la práctica dificulta acuerdos multilaterales ágiles. Adicionalmente, el AEC suele ser alto; Milei y otros critican que encarece insumos industriales, lo que podría lastrar la competitividad argentina. En efecto, críticos como el ex-secretario de Comercio Exterior de Brasil, Welber Barral, señalan que, aun cuando el Mercosur es “una unión aduanera incompleta”, el costo político de abandonarlo es muy alto.

Escenarios futuros: ¿reforma, ruptura o consolidación?

Una alternativa a la rigidez actual del Mercosur es avanzar hacia una reforma gradual, ajustando sus reglas para ganar flexibilidad sin abandonar el bloque. Esto implicaría reducir progresivamente el AEC y permitir acuerdos puntuales que combinen la apertura comercial con los beneficios de un mercado integrado regionalmente. En paralelo, Argentina podría explorar acuerdos estratégicos bilaterales en sectores clave como energía, tecnología o agronegocios, manteniendo el marco del bloque pero atrayendo inversiones externas, especialmente de EE.UU.

El otro camino pasa por una mayor diversificación de mercados, profundizando negociaciones ya abiertas con la Unión Europea, la EFTA y Singapur, y ampliando vínculos con Asia, donde se concentra el dinamismo económico global. No obstante, cualquier avance externo dependerá de un fortalecimiento institucional interno, incluyendo estabilidad macroeconómica, reglas fiscales claras y organismos reguladores independientes. Estas condiciones serán imprescindibles para que los acuerdos internacionales se traduzcan en confianza, inversión sostenida y crecimiento.