La evaluación de políticas públicas como herramienta para generar impacto

¿Cómo podemos garantizar que las políticas públicas realmente transformen la realidad? La evaluación de políticas es clave para generar impacto a largo plazo y construir un futuro más sólido. En Argentina, la falta de una cultura de evaluación adecuada obstaculiza el desarrollo efectivo de estas intervenciones. Mientras que en otros países la evaluación constante fortalece la confianza ciudadana, aquí seguimos implementando proyectos a ciegas.

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Valentín Olavarría

10/2/20242 min read

La evaluación de las políticas públicas es una práctica esencial para asegurar que las acciones gubernamentales están orientadas a resultados. Evaluar significa analizar sistemáticamente el diseño, formulación, e implementación de una intervención pública, ya sea en forma de programa, proyecto, ley, regulación, entre otros. Esta práctica es fundamental para determinar si las políticas están cumpliendo sus objetivos y para hacer los ajustes necesarios que optimicen su impacto en la sociedad.

En países de la OCDE, se han observado dos cuestiones que se relacionan con la evaluación. Por un lado, una mayor participación en las acciones del Estado se correlaciona con una mayor confianza en las instituciones políticas (Fig. 1). Por otro lado, los ciudadanos tienden a confiar más en las políticas cuando perciben que están basadas en evidencia sólida (Fig. 2). Este vínculo entre la confianza pública y la capacidad del gobierno para implementar políticas basadas en evidencia subraya la importancia de evaluar continuamente las políticas públicas.


Fig. 1. Las personas que creen que el pueblo puede participar en las decisiones del gobierno también suelen tener una confianza alta o moderada en los gobiernos (OCDE, 2024).

Fig. 2. A mayor confianza en que el gobierno basa sus decisiones en evidencia, mayor confianza en el gobierno (OCDE 2024).

Ahora bien, en Argentina, no tenemos una cultura de la evaluación: ni ex ante, ni ex post, ni intermedia. Muchas veces no la realizamos, la hacemos a medias, la hacemos a veces o la hacemos pero no la comunicamos efectivamente a la ciudadanía. Una muestra de ello es que un análisis realizado en 2015 sobre 33 programas sociales nacionales mostró que sólo el 37% destina fondos a su evaluación.

¿Cómo tomar una decisión pública sin tener certeza si es la mejor opción de acuerdo al contexto? ¿Cómo discernir qué ajustar si no se sabe si la ejecución política es correcta? ¿Es aceptable que las decisiones estatales se realicen sin luego proyectar resultados? Ya no hablamos de un Estado grande o chico, como escribí antes acá, sino de uno que cumpla y que sea responsable, transparente e institucionalizado.

Fig. 3. Aumento de inversión social y aumento de la pobreza. ¿No hará falta mejorar la formulación, diseño e implementación de las políticas sociales? (FUNDAR 2024)

Estas preguntas, y sus respectivas respuestas, son clave para pensar un futuro de desarrollo para nuestro país. Se necesita pensar la acción pública volviendo a priorizar el vínculo que tenemos entre política (politics) y política pública (policy). La primera para la última, y la última para transformar la realidad.