Siria después de Assad: ganadores, perdedores y el futuro del país tras la caída del régimen

El pasado 8 de diciembre marcó un hito histórico en Oriente Próximo. Tras intensos combates en las ciudades sirias de Homs y Alepo, las fuerzas rebeldes tomaron la capital, Damasco. Aquello culminó con la caída de Bashar Al Assad, poniendo fin a más de cincuenta años de dominio político ejercido por el régimen Baazista. ¿Cómo cambió el equilibrio de poder en la región? ¿Qué países se han visto perjudicados o beneficiados por este suceso? A continuación, realizaremos un breve análisis sobre su impacto país por país e indagaremos sobre posibles escenarios sobre su futuro.

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Pedro Rodríguez Gil

2/3/20253 min read

Irán

Luego de una larga historia de apoyo político, económico y militar en la lucha de Assad contra los rebeldes durante la guerra civil, el régimen liderado por Khamenei es el más perjudicado debido a que se debilitó su proyección del poder en la región.

Por otro lado, a través del cambio de gobierno en Siria y la toma terrestre de los Altos del Golán por Israel, se pone en riesgo la operatividad del puente terrestre que conectaba dicho país con el Líbano, utilizado por Irán para suministrar recursos a su milicia proxy, Hezbollah, que actualmente combate a Israel en el sur del país.

Además, la caída del régimen pone en peligro a la población alauita. A pesar que representan aproximadamente el 10% o más de la población siria, son una minoría en cuanto a su pertenencia a la rama Chiita del Islam, al igual que los iraníes, frente a una mayoría de suníes en el país. El mismo Assad proviene de este sector, por lo que su presencia puede verse como un reflejo del pasado a ser eliminado por el sunismo rebelde.

Israel

Si bien no comparte una alineación política con el nuevo gobierno rebelde, Tel Aviv se ha beneficiado de la caída del régimen baazista en términos estratégicos.

En primer lugar, le permitió apoderarse de la zona desmilitarizada de los Altos del Golán, una región de suma importancia bélica para Tel Aviv. Su gran altura es una barrera natural contra cualquier ataque militar por parte de Siria o su enemigo en el norte, Hezbollah. Además, la caída del régimen permitió a Israel destruir hasta el 80% de las capacidades militares sirias, dejando al país prácticamente desprovisto de buques, aviones de combate y sistemas de defensa aérea.

Una Siria en estas condiciones ofrece a Israel la oportunidad de establecer un corredor seguro que facilite la realización de posibles ataques aéreos preventivos contra su gran enemigo, Irán.

Turquía

Turquía ha desempeñado un rol fundamental en la caída de Assad no solo por su apoyo al grupo rebelde que tomó el poder, HTS, sino también al ejército nacional sirio, en su lucha contra las fuerzas independentistas kurdas en el norte (SDF), consideradas una organización terrorista por el gobierno turco.

En su objetivo de mantener a las SDF lo más alejado posible de la frontera con Siria y de evitar levantamientos separatistas en el sureste turco, la toma del poder por HTS le permite a Ankara extender su presencia en los territorios ocupados en el norte Sirio, zona disputada con la milicia kurda. Además, con el aval del actual gobierno rebelde, tendrá mayor autonomía para combatirlos en Siria.

Arabia Saudí

Debido a que en los últimos tiempos el vínculo bilateral entre Siria y el país del golfo comenzó a reconstruirse con sucesos como la reincorporación de Siria a la liga árabe o la reapertura de su embajada en Damasco, resulta complejo considerar a Riad estrictamente como un beneficiario de la caída del régimen baazista.

Sin embargo, es importante recordar que la normalización de las relaciones es muy reciente, ya que durante la guerra civil, el país del golfo financió al grupo rebelde ENS (al igual que Turquía) que combatió al gobierno de Assad, en su objetivo de debilitar la influencia chiíta y el eje iraní en Siria.

A partir de ello, este cambio de gobierno ofrece al país del golfo una gran oportunidad para ejercer una influencia significativa sobre el futuro de Siria, tanto a nivel político como financiero.

Conclusión

A pesar de las recientes declaraciones del líder de HTS, Ahmad al Shaara, orientadas hacia el pluralismo y de los gestos por parte de occidente de construir relaciones diplomáticas y reconsiderar la clasificación del grupo como una organización terrorista, el futuro de Siria sigue siendo profundamente incierto.

Es importante recordar que HTS surgió como una rama de Al Qaeda, lo que genera dudas sobre sus verdaderas intenciones en el ejercicio del poder

Un factor que vuelve a Siria un país complejo es la diversidad de su población. Los cambios en las dinámicas de poder pueden exacerbar las hostilidades entre los distintos grupos étnicos, cuyas prioridades e intereses suelen ser contradictorios. A partir de ello, un escenario muy posible para el futuro es el de una mayor fragmentación social y conflicto entre facciones.

En línea con los resultados observados tras la Primavera Árabe en otros países de la región, donde los movimientos prometían democracia pero frecuentemente derivaron en situaciones opuestas, es poco probable que Siria experimente una transición democrática en el futuro cercano.