Teoría del cambio: fundamentos para la evaluación de políticas públicas

El análisis y monitoreo de las intervenciones públicas va más allá de los indicadores y reportes estadísticos: sin una concepción clara sobre por qué intervenimos y qué cambios queremos promover en la sociedad, las políticas públicas pueden quedar huérfanas de sentido.

DESTACADOSINSTITUCIONES Y GOBIERNO

Valentín Olavarría

11/9/20242 min read

¿Qué es la teoría del cambio?

Por teoría del cambio de un proyecto, programa o política pública se entiende la formulación explícita de las lógicas causales que sustentan el diseño de una intervención social que pretende impactar de manera positiva sobre un problema o necesidad que se considera social o políticamente relevante.

En este sentido, la teoría del cambio de un programa no es otra cosa que la clarificación de las hipótesis que guían la acción pública orientada al abordaje de un problema. Por eso mismo, la teoría del cambio es una herramienta pensada tanto para el momento del diseño de la intervención por parte de los planificadores, como para el momento de la evaluación y el monitoreo del programa, sin importar en qué momento de su ciclo de vida se encuentre este.

La TdC representa los fundamentos teóricos de una política pública, y es aplicable a cualquier tipo de intervención que tenga por objetivo generar cambios en una realidad social, ya sea un programa que da respuesta a una problemática concreta y bien delimitada o un plan transversal en el que participan actores y recursos muy diferentes entre ellos y que quiere dar respuesta a problemáticas complejas y poco delimitadas.

La teoría de cambio abre una “caja negra”: muestra cómo se espera que una intervención convierta insumos, actividades y productos en resultados e impactos.

Utilidad de elaborar una Teoría del Cambio

  • Establecer un lenguaje, definiciones y expectativas compartidas sobre la problemática que justifica la política y el funcionamiento y los resultados esperados de esta.

  • Planificar y programar mejor las acciones del programa, velando por que los recursos sean suficientes y adecuados.

  • Facilitar el análisis crítico de la política, para permitir que se identifiquen mejoras en su diseño, así como oportunidades y acciones alternativas o complementarias.

  • Diseñar un mejor sistema de seguimiento de la política, teniendo en cuenta las hipótesis y los supuestos implícitos.

  • Mejorar la comunicación y divulgación de la política ante la ciudadanía y las personas beneficiarias, así como el rendimiento de cuentas ante las partes implicadas e interesadas.

  • Permite disponer de un punto de referencia que ayuda a comparar si aquello que está sucediendo coincide con lo que se espera que suceda. En otras palabras, disponer de una TdC permitirá, más adelante, evaluar la política.

  • Fomentar la cultura de la evaluación introduciendo y reforzando la idea de que es preciso entender las políticas como hipótesis plausibles que deben ser contrastadas.

En resumen, la teoría del cambio (TdC) es una importante perspectiva para diseñar y evaluar las políticas públicas debido a que se enfoca fundamentalmente en el cómo impactará (su proceso y contenido) una intervención pública en la sociedad. Si la TdC no es atendida con precisión, es altamente probable que la política pública no cumpla sus objetivos y pueda tener consecuencias imprevistas. Así, desde mi perspectiva, dos de los valores que se encuentran dentro de la teoría del cambio es la responsabilidad y la integridad a la hora de gestionar lo público, sumamente necesarios cuando hablamos del Estado.